Aldo Jiménez Salud: narrativa de magia y color

Se inscribe en la Escuela de Bellas Artes, dependiente de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca; recrea su visión por todas las áreas hasta encontrar lo que en realidad le atrae: las artes plásticas.

Las artes plásticas

Ya en el 2005 queda formalmente inscrito, transcurre el tiempo y con el mismo, el avance en los descubrimientos que va realizando; en 2007 termina la carrera con excelente admiración a sus trabajos. Prosigue la búsqueda hacia donde se dirige, la representación del movimiento consustancial al arte paleolítico desde sus inicios.

Trasendencia

Con estos antecedentes va exponiendo su obra colectivamente en varios lugares de la República Mexicana. Ya en los umbrales de lo abstracto, capta las figuras de los animales que en el ambiente nos rodea, buscando técnicas muy personalistas como son: tierra, tierra con óleo, acuarela, acrílico y grabado; se proyecta en la flora y la fauna marcando en su quehacer artístico la corriente surrealista, el figurativo, la metafísica con la teoría del color. Han influido en su desarrollo las obras culturales de los autores “Lo Espiritual en el Arte”, “Punto y Línea Sobre el Plano” de Vasslly Kandinsky.

Las relaciones del hombre con su entorno están sujetas a un cambio continuo e inagotablede generación en generación, de año en año, de instante en instante; están en perpetuo peligro de perder su equilibrio. No existe un equilibrio estático en el hombre y su entorno, entre la realidad interior y exterior. No podemos demostrar de manera directa cómo operan aquí la acción y la reacción. No podemos aprender tangiblemente esos procesos, como no podemos asir el núcleo de un átomo. Simplemente los experimentamos, mediante los diversos modos en que se cristalizan. Las creaciones diferentes de los antiguos romanos, del hombre medieval y del periodo barroco reflejan la relación inexorablemente cambiante del hombre en su mundo externo.

No existen círculos cerrados ni esquemas repetitivos que definan los ajustes de la realidad interior y exterior; tan pronto como la realidad interior y exterior concuerden, se producen en la psique del hombre una alteración correspondiente. Nuestra época exige un tiempo de hombre que sea capaz de restaurar el equilibrio, actualmente perdido entre la realidad interior y exterior. Ese equilibrio nunca estático, sino, como la realidad misma, sometido a un cambio continuo, es como el del funámbulo que, mediante ajustes, mantiene una compensación constante entre su ser y el espacio vacío.

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